miércoles, 29 de junio de 2016

pasos para controlar el flujo vaginal



Cómo controlar el flujo vaginal

Cualquier secreción corporal puede ser vergonzosa. Si no sabes cómo controlar de manera higiénica el flujo vaginal, podrían tener problemas de mal olor o manchas que puedan causarte más vergüenza. Aunque muchos flujos son normales y ayudan a mantener intacto el equilibrio del pH de la vagina, otros pueden ser señal de verdaderos problemas que debes tratar, ya sea con medicamentos de venta libre o con la ayuda de un médico titulado

Método 1 de 2: Evaluar el problema
  
 1 Observa si el flujo es normal. Las secreciones vaginales normales deben ser transparentes o de aspecto lechoso. Este lubricante natural ayuda a limpiar la vagina y la mantiene sin gérmenes. Las secreciones normales no deben tener olor, así como finas, fibrosas o con manchas blancas. Si tu flujo es así, despreocúpate. El flujo natural es muy importante para mantener la vagina saludable. 


 2 Infórmate sobre los tipos de flujo vaginal. Existen muchos tipos distintos de flujo vaginal, los cuales se clasifican según su color y consistencia. Algunos son normales, mientras que otros podrían indicar una condición subyacente que requiera tratamiento.[1]
  •     Flujo espeso, blanco y maloliente. Por lo general, esta es una señal de un problema de candidiasis. También podría haber picazón o inflamación alrededor de la vulva.
  •     Flujo blanco, amarillo o gris. En especial si está acompañada de un mal olor, este tipo de flujo probablemente sea una señal de vaginosis bacteriana. También podría haber picazón o inflamación.
  •     Flujo amarillo o gris. Un flujo de este tipo, en especial si es espeso, grumoso o maloliente, no es normal. Podría ser una señal de una infección por tricomoniasis, la cual se contagia normalmente a través de las relaciones sexuales.
  •     Flujo marrón o sanguinolento. Este tipo de flujo podría producirse a causa de la menstruación, pero también puede ser un indicador de una enfermedad más grave, como el cáncer cervical, en caso de que haya dolor pélvico o sangrado vaginal.
  •     Flujo turbio y amarillo. Este tipo de flujo, en especial si está acompañado de dolor pélvico, podría ser un indicador de gonorrea.


3 Ten en cuenta el estado de tu cuerpo. Algunos factores que afectan el flujo vaginal incluyen lo que comes, tu ciclo menstrual, si tomas píldoras anticonceptivas o no, si estás en periodo de lactancia, los medicamentos que estás tomando, si estás embarazada o no y tu nivel de estrés.
  •     También puedes estar en riesgo de eliminar el equilibrio del pH natural de la vagina si tomas antibióticos o usas duchas vaginales, productos de higiene femenina o jabones perfumados. Aunque los antibióticos no se pueden evitar, las duchas vaginales y los productos femeninos perfumados siempre deben evitarse, ya que son malos para el cuerpo.
  •     Otras cosas que pueden ponerte en riesgo incluyen el embarazo, la diabetes u otras infecciones que estén cerca o alrededor de esa área del cuerpo.

4 Observa que no haya objetos extraños. Si te dejas puesto un tampón por demasiado tiempo, te puede causar un flujo inusual. ¡Algunas mujeres hasta se olvidan de que tenían un tampón puesto! También podrías tener otros objetos en la vagina que pueden causar el flujo (porque tu cuerpo trata de expulsarlos). Un ejemplo común es un pedazo de condón roto. 
 

 5 Ten en cuenta la diferencia entre los colores y olores del flujo vaginal. Un color fuera de lo común o los malos olores en la región vaginal pueden ser señal de una infección pélvica después de haber tenido una cirugía, enfermedad inflamatoria pélvica (EIP), atrofia vaginal durante la menopausia, tricomoniasis o vaginitis, así como muchas otras infecciones vaginales, las cuales deberá diagnosticar y tratar un médico.

  •     El flujo vaginal con vaginitis bacteriana será de color gris, blanco o amarillo. También tendrá mal olor.
  •     Si tienes gonorrea, es posible que tengas un flujo turbio o de color amarillo.
  •     Las infecciones por hongos pueden ponerse en evidencia si tienes un flujo espeso y blanco. Por lo regular, este tipo de flujo tiene una consistencia como de requesón. El flujo de requesón también es característico de la clamidia, una infección de transmisión sexual común.
  •     Si tu período es irregular o tienes cáncer de endometrio o cervical, puedes notar un flujo con sangre o de color marrón.
  •     Si tienes tricomoniasis, podrías sufrir de un flujo espumoso de color amarillo o verde con mal olor.
  •     Si no tienes seguro médico, hay clínicas de planificación familiar que ofrecen exámenes y tratamientos ginecológicos gratuitos o muy baratos.
  •     Evita tomar medicamentos hasta que sepas cuál es la causa. Hay medicamentos para cosas como las infecciones por hongos, pero no debes autodiagnosticarte una infección por hongos si esta es la primera vez que la tienes. Si tomas medicamentos para tratar una infección por hongos sin tenerla, podrías tener problemas en el futuro a causa de eso.

Método 2 de 2: Tratamiento para el flujo normal

1 Usa toallitas húmedas. Limpia con una toallita húmeda el exceso de flujo cuando vayas al baño. Trata de no introducir demasiado la toallita en tu vagina; solo debes limpiar el exterior (la vulva). Usa unas toallitas sin perfume y que contengan la menor cantidad posible de químicos.

2 Cambia tu ropa interior. Cambiarte la ropa interior 2 o 3 veces al día puede ayudarte con el problema. Al hacerlo, mantendrás la vagina sin bacterias y también reducirás tu malestar y el olor.

    Asegúrate de usar el tipo correcto de ropa interior, ¡ya que incluso el uso del tipo equivocado puede ser la causa del problema! Usa ropa interior de algodón con buena ventilación (p.ej. aquellos jeans ajustados que usas también pueden ser la causa del problema).


3 Ventílate. Trata de exponerte al aire lo más que puedas. Duerme desnuda o camina alrededor de la casa sin pantalones o ropa interior si puedes. El aire evitará que la piel se irrite y evitará que haya más posibilidades de infección; también puede ayudar a tratar el problema en sí, si tu cuerpo simplemente tiene un desequilibrio de bacterias, ya que le dará a tu cuerpo la oportunidad de restaurarse a sí mismo y de volver a la normalidad. 

4 Usa una toalla femenina o un protector en casos extremos. Por lo general, es mejor evitarlo, ya que tu cuerpo produce el flujo para deshacerse de algo y mantener ese algo cerca de tu cuerpo no es la mejor idea. Sin embargo, si estás en una situación en la que realmente necesitas mantener el flujo bajo control o es tan malo que no puedes controlarlo, puedes usar una toalla o un protector. Trata de cambiarlo lo más frecuentemente que puedas.
  •  No uses duchas vaginales. Muchas duchas vaginales que se compran en el supermercado contienen "perfumes" o jabones que pueden hacer que te sientas más limpia a corto plazo, pero a la larga, en realidad agravarán el problema, pues lterarán el pH natural de tu vagina y harán que se esfuerce más para volver a su estado habitual.

5 Prueba remedios a base de hierbas para controlar el flujo. Las hierbas son remedios seguros y eficaces para evitar el flujo anormal de tu vagina. Muchos remedios a base de hierbas son eficaces en la erradicación de la infección de la mucosa vaginal. Muchos de ellos también poseen una acción astringente que reduce el flujo anormal.
  •     Se cree que las hierbas como la pimienta larga limpian tu cuerpo al eliminar los organismos causantes de la infección.
  •     Las hierbas, como la Saraca ashoka, Symplocos racemosa, Cyperus Rotundus Ficus benghalensis, vetiveria zizanioides, Andropogon muricatus y Acacia confusa, pueden reducir el flujo vaginal gracias a sus propiedades astringentes.
  •     Las hierbas tales como la Cimicifuga racemosa, ayudan a erradicar la infección por hongos y a reducir la inflamación, lo que se relaciona con la leucorrea

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